Existen dos clases de personas: Las que se sienten tranquilas en su zona de confort, las que no tienen necesidad de moverse de su sitio de siempre, de alejarse de sus comodidades. Después estamos el resto. A los que nos mata la curiosidad y no podemos estar quietos en un mismo lugar, los que a todas horas tenemos la sed de viajar, esa que solo se sacia con sumar a tus experiencias otro rincón más. Para los que el pasaporte significa media vida.

Nosotros sin duda formamos parte de la gente aventurera y arriesgada! Y por eso mismo este año quisimos dar un giro a nuestras vidas y vivir durante un tiempo en otro país, con otra gente y con otras costumbres.

Manteneros al día de todos los sitios que visitamos nos encanta. No hay nada que nos guste más que poder explorar rincones nuevos y compartirlo con toda la gente posible para que se animen a practicar este gran vicio de conocer mundo. Y a los que por una razón u otra no pueden hacerlo, redactamos todas nuestras experiencias para que al menos puedan alimentarse de ellas y en su mente viajar por un instante a estos recónditos lugares.

Ahora bien, la pregunta del millón que muchos os estaréis haciendo: Y como lo habéis hecho?

Pues bien aquí os dejamos la receta por si alguno se anima a kangurear como nosotros.

RECETA :

Añade infinitas cucharadas de ilusión y combínalas con una taza de positividad. Mézclalo bien con valentía y rocíalo con un litro de curiosidad. Déjalo cocer a fuego lento, remuévelo suavemente con un poco de esfuerzo y constancia y finalmente añádele una pizca de dinero.

- Servir con hambre de explorar sin jamás saciarte y con ganas incontrolables de comerte el mundo -

lunes, 10 de octubre de 2016

Mount coot-tha Lookout

Hola de nuevo! Hoy estoy feliz, más de costumbre! Me levanto como casi cada día temprano, con un sol radiante que penetra entre las cortinas, me hago mi desayuno y me siento en la terraza, con vistas a la piscina, ordenador en mano y sin faltar la música, esa que me transporta a mi país y me hace sentirme más cerca de los míos.
Miro alrededor, es todo lo que había soñado hacía mucho tiempo. Aunque a veces sigo sin ser verdaderamente consciente, estamos en Australia, en el paraíso y por muy presente que tenga a mi gente, no puedo negar lo feliz que soy aquí. También es cierto que aquí hay días de todo tipo, días de bajón que cogería el primer vuelo de vuelta a casa y días como los de hoy que amo mi vida. Gracias a dios, los segundos son los que más predominan.
Aquí los días pasan muy rápido porque siempre hay cosas que hacer, pero siempre quiero más!! estaría cada día viendo los rincones que nos ofrece este sitio, pero hay que ser consciente que para todo eso hace falta dinero, y para eso trabajar jajaja, cosa que ya no gusta tanto. Los trabajos que extranjeros como nosotros podemos obtener aquí son los no cualificados, los que podría hacer cualquier persona. Nuestro nivel de inglés es muy bajo y si a eso le sumas que no eres australiano tienes pocas opciones de empezar la casa por el tejado. Así que aunque David sobre todo, no trabaja de algo que le apasione, aquí es lo que toca. Igualmente, de Lunes a Viernes nos dedicamos a ganar el pan y el finde si es posible y coincidimos siempre montamos alguna salida para compensar la dura semana.


La última excursión que hemos hecho a sido a Mount Coot-tha, un hermoso lugar donde se puede observar la ciudad de Brisbane a tus pies. Es ahí donde encontraras la paz y tranquilidad que necesitas después de una semana estresante en la gran ciudad, del tráfico y de la gente. Sin duda alguna, estar ahí arriba se agradece...
Nos levantamos el sábado con mucha energía, hacia un día increíble y después de un buen desayuno en nuestra magnifica terraza fuimos en busca del bus que nos llevaría al mirador.

La primera parada fue a los Jardines Botánicos, que están un poco antes de llegar a Mount Coot tha. Estos jardines de 56 hectáreas de naturaleza no tienen coste alguno y nos sorprendió una vez más lo bien que está organizado todo en Australia en cuanto a servicios mínimos. Está lleno de fuentes para poder beber y refrescarte, zona de parque para los más pequeños, también tiene varias zonas de picnic para poder comer tranquilamente, hasta zona de bbq para cocinar tu propia comida y si, gratis también. Igual que en cada rincón de Brisbane, ya sea en medio de la city, como aquí en estos jardines, cada dos pasos te encuentras con WC también totalmente gratuitos, igualito que en España...
Paseando tranquilamente por el recinto te encuentras sobretodo diferentes especies de plantas, árboles y flores, además de pájaros revoloteando alrededor del lago y en él diferentes pececitos. 







Los jardines también incluyen diferentes zonas como un herbolario, un planetario, una biblioteca y una cafetería.
Después de una gran caminata, nos sentamos en un banco a escuchar y disfrutar del silencio que nos ofrecía aquel lugar, estar rodeado de naturaleza hace sentirte libre, relajado y aquellos minutos la verdad, nos supieron a gloria. 


Volvimos a ponernos en marcha y ya con el estómago lleno nos dirigimos a la salida de los jardines para coger el bus que nos llevaría arriba de la colina, al mirador.
Mientras íbamos subiendo ya se podían contemplar unas magníficas vistas de la ciudad, pero no fue hasta llegar arriba del todo cuando pudimos ver realmente lo maravilloso que resultaba.
Allí hay un restaurante y una cafetería con vistas a la gran Brisbane y decidimos tomarnos un café para disfrutar del momento. Más tarde nos hicimos las fotos que aquel sitio merecía y ya volvimos a coger el bus de vuelta a casa.
Esperamos volver muy pronto, cuando tengamos nuestro propio coche y poder quedarnos a ver el atardecer, momento mágico de Mount Coot tha.





No hay comentarios:

Publicar un comentario