Existen dos clases de personas: Las que se sienten tranquilas en su zona de confort, las que no tienen necesidad de moverse de su sitio de siempre, de alejarse de sus comodidades. Después estamos el resto. A los que nos mata la curiosidad y no podemos estar quietos en un mismo lugar, los que a todas horas tenemos la sed de viajar, esa que solo se sacia con sumar a tus experiencias otro rincón más. Para los que el pasaporte significa media vida.

Nosotros sin duda formamos parte de la gente aventurera y arriesgada! Y por eso mismo este año quisimos dar un giro a nuestras vidas y vivir durante un tiempo en otro país, con otra gente y con otras costumbres.

Manteneros al día de todos los sitios que visitamos nos encanta. No hay nada que nos guste más que poder explorar rincones nuevos y compartirlo con toda la gente posible para que se animen a practicar este gran vicio de conocer mundo. Y a los que por una razón u otra no pueden hacerlo, redactamos todas nuestras experiencias para que al menos puedan alimentarse de ellas y en su mente viajar por un instante a estos recónditos lugares.

Ahora bien, la pregunta del millón que muchos os estaréis haciendo: Y como lo habéis hecho?

Pues bien aquí os dejamos la receta por si alguno se anima a kangurear como nosotros.

RECETA :

Añade infinitas cucharadas de ilusión y combínalas con una taza de positividad. Mézclalo bien con valentía y rocíalo con un litro de curiosidad. Déjalo cocer a fuego lento, remuévelo suavemente con un poco de esfuerzo y constancia y finalmente añádele una pizca de dinero.

- Servir con hambre de explorar sin jamás saciarte y con ganas incontrolables de comerte el mundo -

martes, 25 de octubre de 2016

Nudgee Beach Reserve & Redcliffe

Tener coche es una ventaja muy grande para poder explorar a tus anchas todos los bonitos rincones que nos ofrece Australia, y una de las mejores cosas que tiene Brisbane es la ubicación. A una hora o dos para el sur o para el norte te encuentras con lugares increíbles. Este fin de semana queríamos estrenar bien nuestro cochecito y decidimos tirar por la costa hacia arriba.
Nuestra primera parada fue a unos 25 minutos de la city, en Nudgee Beach, una playa que se junta con el rio y donde los pescadores aprovechan para pasar el día. Allí encontramos muchas familias con sus perros, éstos chapoteando en el agua a sus anchas, dónde acaba y empieza el rio. Supongo que no es una playa muy apta para bañistas, ya que no vimos a nadie dentro y cierto es que a lo largo de la arena habían bastantes medusas, eso sí, de un color azul impresionante, cosa que nos impactó.
Éste lugar tiene un muelle de madera donde se acomodan los pescadores y dónde obtienes una vista increíble del paisaje, viendo una mezcla de playa, rio y manglares.

             
                                  
Aquí basta con hacer una parada rapidita, disfrutar de las vistas y volver a ponerte en marcha hacia la reserva, situada a unos 5-10 minutos en coche hacia el norte.
Al llegar, paseamos por un caminito y allí estaba esa estampa increíble. Si quieres paz, relax y tranquilidad allí la tendrás. Una playa muy peculiar, con una arena muy oscura, muy dura y que dibujaba formas de ola. Pero lo mejor de todo esa combinación de vegetación y mar que la hace tan salvaje. Además, no lográbamos saber cuando comenzaba realmente la playa ya que ibas encontrándote arena, agua, arena otra vez, agua otra vez... simplemente mágico.




Nos descalzamos y echamos a correr hacia adelante, era una sensación de libertad inexplicable. No es la típica playa paradisiaca ni mucho menos, pero el lugar era realmente bonito. Caminamos un buen rato, nos hicimos muchas fotos y después de disfrutar de esa reserva natural volvimos al coche para seguir nuestra ruta hacia Redcliffe, a unos 20 minutos aproximadamente de donde estábamos.

Redcliffe es un pueblo costero, situado en la bahía de Moreton, dónde para llegar hay que cruzar por un puente bastante largo dónde vas viendo el mar a ambas partes. Una vez allí, caminamos por la playa observando como es costumbre aquí, a toda la familia haciendo su comida en las muchas barbacoas que hay situadas a lo largo del paseo. Después visitamos el embarcadero, la calle peatonal dedicada a los músicos Bee Gees y el Settlement Cove, una laguna enfrente del mar, donde la gente disfrutaba del sol, comía y se refrescaba. 






Eran ya las 16h de la tarde, así que decidimos despedirnos de Redcliffe y volvernos a Brisbane para ducharnos, descansar un poco e irnos al Eat Market (a 5minutos de nuestra casa), un mercado nocturno con muchísimos puestos de comida de diferentes países y con un ambiento de música en directo muy cool. Perfecto plan para acabar un bonito y ajetreado sábado.




 Nota importante : El sol en Australia es muy fuerte! Y cuando parece que no te está dando nada, llegas a casa y observas el cangrejo en el que te has convertido. Así que super importante salir de casa bien equipados, gorra, gafas de sol y sobretodo crema solar ;) 

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